jueves, 8 de septiembre de 2011

El comienzo del "Peronismo"

     Los años que corren entre 1940 y 1949 se dividen tajantemente en 1943, cuando el régimen fraudulento de Ramón Castillo se derrumba frente al avance de la guarnición militar de Campo de Mayo. A partir de ese momento, el gobierno de facto ejercido sucesivamente por los generales Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrell siguen una conducta errática, condicionada por el curso de la Segunda Guerra Mundial, y carente de un contenido ideológico definido salvo, en los primeros meses, por el que se imprime un grupo nacionalista y católico que pronto será defenestrado.
     
     Lo único coherente dentro del gobierno militar es la acción que lleva a cabo desde la Secretaría de Trabajo y Previsión un joven Coronel Juan Domingo Perón, que otorga aumentos de sueldos a los trabajadores, dicta "estatutos" para diversos gremios y barre a los sindicatos comunistas y socialistas para crear un su reemplazo otros que le son adictos.

Retrato de Juan Domingo Perón
     
     Perón consideraba que el objetivo esencial de la Revolución debía ser el de introducir una nueva legislación social y atraer al movimiento gremial hacia la órbita del Estado. Había dos razones fundamentales para ellos: primero, prevenir la revolución social, que estimaba más que probable al término de la guerra; luego, dar al nuevo régimen la base social de masas sin la cual jamás podría consolidarse. Perón concebía a la sociedad como un todo orgánico. En ese contexto, la única forma de garantizar la unidad y la armonía de la nación, y de integrar a las masas apartándolas de ideologías defenidas como "antiargentinas" -tales como el comunismo-, era instaurar una política que restableciera las relaciones entre las clases sociales y que reconociera a los obreros lo que desde hacía tiempo reclamaban en vano.
     
     Para Perón lo que se debía hacer era atraer, unir, organizar y nacionalizar al movimiento obrero, para así integrarlo a la Revolución. Creía que el Estado debía intervenir como mediador entre las relaciones entre el capital y el trabajo, de forma que funcionara como un reaseguro contra el peligro de una agudización de la lucha de clases. Este convencimiento fue el que lo impulsó a alejarse de las medidas represivas del gobierno militar y a iniciar contactos con dirigentes de los principales gremios.
     
     Esta situación se mantuvo hasta el momento en el que Perón fue obligado a renunciar a sus cargos y detenido por sus rivales dentro del Ejército, en 1945. En tales circunstancias, los dirigentes obreros y una multitud de trabajadores salieron en defensa de Perón y sus políticas.
     
    El coronel Eduardo Avalos, que estaba al frente del operativo para sacar a Perón del poder, fue designado ministro de Guerra y Juan Fentanes, secretario de Trabajo. Los trabajadores se enteraron muy pronto de que Fentanes no tenía intenciones de preservar las políticas sociales puestas en vigencias por su antecesor y comenzaron a organizarse para defender sus derechos. Perón fue detenido y enviado a la Isla Martín García. Frente a estos acontecimientos, la CGT convocó a un plenario, para discutir qué hacer. Finalmente la CGT convocó a una huelga general para el 18 de octubre. Pero las movilizaciones populares se adelantaron a la resolución de la central obrera.

17 de octubre de 1945 - Foto que se conoce como: "Las Patas"
     
   El 17 de octubre, desde temprano, en los alrededores de Buenos Aires los seguidores de Perón comenzaron a salir a la calle para reclamar; explicitamente, por la libertad de su líder. Esto también ocurrió en: Avellaneda, Lomas de Zamora, Valentín Alsina, La Plata, Ensenada y Berisso.

     Los trabajadores se apropiaron del espacio público de Buenos Aires en un marco que tuvo mucho de festivo -hubo disfraces, bailes y bebidas- y que también tuvo ataques, mediante apedreamientos e intentos de incendio, a símbolos del poder económico y social tales como los edificios de algunos periódicos y clubes de élite.
     
     El apoyo popular recibido en la Plaza le dio a Perón un poder de negociación. Pudo nombrar a su leal colaborador Domingo Mercante al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión e influir en la designación de funcionarios afines al gabinete. 

Estampilla de Correo que conmemora el 17 de octubre de 1945
     
     El acuerdo era claro: Perón no volvería al gobierno porque se dedicaría a la campaña electoral pero la conformación del nuevo elenco de funcionarios estaría a su cargo. De todos modos, Perón se encontró en la situación paradójica de ser un candidato indiscutido a la Presidencia sin contar con el respaldo de ningún partido político. Esto lo llevó a tratar de organizar institucionalmente a sus seguidores. En poco tiempo, logró el apoyo del Partido Laborista, organizado por Reyes y Luis Gay, de un sector de radicalismo y de otros grupos menores. Esta coalición lo llevaría al gobierno. Una vez en el poder, Perón creó el Partido Peronista.

Bibliografía: 

  • John A. Garraty y otros - El Gran Libro del Siglo (Our Times) - Turner Publishing, Inc., and Century Book, Inc. - Atlanta , Georgia, EEUU. 1995.
  • José Antonio Alemán - Historia de las elecciones Argentinas (Perón: una elección polarizada. 1946) 1a ed. - Arte Gráfico Editorial Argentina - Buenos Aires - 2011. 

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